¿Exisitió realmente la guerra de Troya?




                                                                    GUERRA DE TROYA
¿Existió realmente la guerra de Troya, más allá de la leyenda y los poemas homéricos?





 Los griegos nunca dudaron de la autenticidad de esta contienda. En época clásica, el historiador Tucídides simplemente dudó de la importancia y las dimensiones de la guerra, mientras que Heródoto, el otro gran historiador griego, fechó la batalla hacia el año 1250 a.C. Sin embargo, con el paso del tiempo la leyenda se magnificó aún más y se puso en entredicho la supuesta historicidad del conflicto. Finalmente, en el año 1876, el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann (1822-1899) —convencido de que los poemas homéricos hacían referencia a un hecho real— desenterró en Micenas un magnífico recinto funerario, que contenía los restos de diecinueve hombres y mujeres, y dos niños, completamente cubiertos de oro. Unas impactantes máscaras mortuorias labradas en oro ocultaban los rostros de quienes tan dignamente las habían portado. Schliemann, al levantar la máscara de uno de estos personajes, creyó estar contemplando al mismísimo Agamenón, el mítico rey de Micenas que, según la leyenda, había arrasado la ciudadela de Troya. A pesar de todo, investigaciones posteriores demostraron que el círculo de tumbas que se desenterró en Micenas precedía en tres siglos a la fecha en que supuestamente habría tenido lugar la conquista de Troya. Pero el hallazgo trajo a la luz a una noble estirpe de guerreros a los que Homero había engrandecido en sus poemas: los señores de la guerra micénicos. En la Edad del Bronce, una estirpe de señores de la guerra ejerció su dominio por todo el Mediterráneo. Residían en unos palacios tremendamente fortificados, generalmente en lo alto de una colina, con unos muros de piedra de hasta siete metros de grosor. Para entrar en el recinto era necesario cruzar una puerta monumental, como es el caso de la Puerta de los Leones de Micenas. Los temibles guerreros micénicos fueron los protagonistas de la escena mediterránea de los siglos XIV y XIII a.C. —aunque no alcanzaron el poder que atesoraban los hititas— y con sus naves llegaron a las costas de Sicilia, el Adriático, el Tirreno y las de Asia Menor y Oriente Próximo, haciendo de la piratería una práctica bastante habitual. Pero en el tránsito del siglo XIII al XII a.C. la sociedad micénica —cuya ética guerrera consistía en adquirir el honor a través del riesgo— desapareció de un plumazo, sin que la arqueología haya conseguido aún determinar una única causa. 

Basar una historia a una película es muy complejo. Nunca es tal cual la realidad, si eso es lo que te cuestionas. Por ejemplo, Patroclo no era primo de Aquiles. En el relato homérico es su mejor amigo desde la infancia. Y por otro lado, en el relato homérico Aquiles autoriza a Patroclo a ponerse su armadura y lanzarse al combate a la cabeza de sus Mirmidones. Contrario a lo que dice la peli que Patroclo sale agazapado en la noche a realizar el ataque sin que Aquiles lo consienta. 







Según la epopeya griega La Ilíada, el príncipe Paris de Troya secuestro a su enamorada Helena de Grecia, la mujer más bella del mundo, y Melenao de Esparta, su marido, convocó a los griegos, emprendieron la guerra contra los troyanos. Esta guerra fue el encuentro de muchos de los grandes héroes de la antigüedad, como Aquiles, Héctor o Áyax…
La Ilíada de Homero, está considerado uno de los poemas escritos más antiguos del mundo occidental, datando del siglo VIII A.C., varios siglos después de la famosa contienda.
No cabe duda de que muchos de los atributos que se dan a los personajes, así como las intervenciones místicas que se narran en la obra son totalmente irreales, pero otras como el conflicto en si mismo, así como algunos de los personajes y los lugares aparecidos podrían ser verdad.
Algunos estudiosos afirman que cabe la posibilidad de que los sucesos relatados no se debiesen a un solo conflicto, sino que compilasen y mitificasen varios hechos.
Nueve ciudades
En 1870 el aventurero alemán Heinrich Schliemann inició una excavación a través de la cual encontró lo que en un primer momento se creyó Troya y actualmente se llama Hisarlik.
El lugar contiene nueve ciudades construidas una sobre otra, con una ciudadela interior con los barrios en sus alrededores y un alto muro que protege todo.
Para Schliemann unas joyas encontradas en la segunda ciudad podrían pertenecer a Helena, pero los datos cronológicos no coinciden con la época descrita por Homero. La sexta ciudad, por su lado si que coincide en el tiempo con la Ilíada, pero esta no parece haber sido destruida por un enfrentamiento bélico sino por un terremoto
Los arqueólogos de nuestros días opinan que posiblemente la sexta y la séptima sean las ciudades que puedan ser las Troyas de Homero.
Otra cuestión puede haber sido que Homero utilizase las palabras como metáforas y el mundo moderno haya tomado estas al pie de la letra.
En la Ilíada, los griegos conseguían penetrar en la ciudad amurallada gracias a la introducción de un comando dentro de un gran caballo de madera, y cuando los troyanos dormían, los soldados salieron para abrir las puertas de la ciudad, logrando así la victoria griega.
El caballo, en el mundo griego era el símbolo de Poseidón, el dios del mar y los terremotos, con lo que la gran figura de madera que asolaba la ciudad podría haber sido simplemente una metáfora de un movimiento sísmico que destrozó la ciudad.
La séptima ciudad, por su parte si presenta muestras de haber sido el escenario de una batalla, y a la vez coincide con las fechas aproximadas en las que se supone que se desarrolló la epopeya con  lo que posiblemente Homero se tomase licencias poéticas y con ellas habría unido la dos ciudades, mezclándolas en la Ilíada.
Hisarlik
Durante la edad de bronce tardía, Hisarlik debió de ser un cruce de caminos con una importancia estratégica y comercial muy alta. Los impuestos de los barcos que querían pasar por allí para poder acceder a las rutas de comercio habrían de ser una fuente de ingresos sustancial, además de toda la industria subsidiaria desarrollada para abastecer a los barcos y marineros que pasaban por allí.
Las alianzas entre pueblos y las rutas comerciales de la época hacían que el mediterráneo oriental fuese un polvorín en la época, con lo que existen diversas teorías sobre el enfrentamiento en Troya, y algunas apuntan a que no tendrían por qué ser los griegos quienes se aliasen para atacar estas tierras.

Otras pesquisas apuntan a que el rapto de Helena no fue más que una bonita forma de adornar una guerra a la cual le darían todos los tintes épicos y mitológicos que pudiesen caber en ella, haciendo un relato romántico de un gran enfrentamiento.

Comentarios

Entradas populares